Inquietud de la minoría virgilianabelleza y deporte en la poesía de Juan Antonio González Iglesias

  1. Simón Partal, Alejandro
Dirigida por:
  1. Emilio Javier Peral Vega Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 03 de marzo de 2015

Tribunal:
  1. Fanny Rubio Presidente/a
  2. Esperanza López Parada Secretario/a
  3. José Luis García Barrientos Vocal
  4. María Angeles Naval López Vocal
  5. Justo Sotelo Navalpotro Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La tradición clásica sigue siendo el colchón sobre el que necesariamente se ha acomodado la poesía última española, una poesía que mira al futuro y que busca una forma de vanguardia o modernidad partiendo desde la influencia horaciana, por ejemplo, pasando por todos los estratos del mundo clásico hasta encallar en la cultura pop, o en dejes posmodernos a la entrada de algún gimnasio, algunos lo han llamado "clasicismo posmoderno", pero es más, mucho más, porque Eros es más. Este estudio recorre esa influencia a través del prisma de un Eros que pulula por toda la obra de Juan Antonio González Iglesias, y que reivindica la juventud, la belleza y el deporte como valores supremos de una poética que renueva a base de plenitud epicúrea y convulsión abdominal los mimbres reumáticos de parte de la poesía anterior a la generación de nuestro poeta. La obra del poeta salmantino es la espina dorsal de este trabajo, representa y pilota todo este espectro existencialista y poético, toda esta celebración del cuerpo festejada exclusivamente en el ahora mismo, pero no es éste el fin último. No es sólo el estudio crítico de un poeta que aún no ha sido estudiado en profundidad y que es ya una de las voces centrales en nuestra lengua, que simboliza esa poesía suero de la propia poesía española y europea ¿si se entendiera exclusivamente de esta manera habría fracasado¿, sino de la nueva visión de la poesía desde un género serenísimo y pleno, desde un Eros casi inédito, desde una realidad más libre y más humana, a través de la belleza mayúscula, de la juventud y del deporte, donde la piel desarrolla su misión primigenia, y es que acaso ¿no es eso a lo que aspira esa poesía que aún no está construida? A lo largo de este trabajo he ido desarrollando los valores que han sostenido a la poesía de González Iglesias en particular, y a la última poesía de género u homoerótica, y que han servido como suero y éxtasis para un género que siempre anda mendigando dichos aditivos: juventud, belleza y deporte. Futuro.Un lirismo comedido, una euforia contenida, sin adiposidades en sus planteamientos existenciales y emocionales, que da testimonio de una realidad virtuosa recorre la obra poética de González Iglesias. Toda su poesía ha sido recogida en Del lado del amor, publicada por la editorial Visor en el año 2010, libro que se cierra con algunos poemas inéditos que servirán de frontera para nuestro estudio. Por qué este poeta: porque procediendo de un discurso y una educación clásica, ha sacado a la poesía a pasear por una modernidad que intuía pero hacia la que había cierto recelo en dejarla sola allí; porque ha marcado una nueva perspectiva en cuanto a la poesía homosexual, donde ya no hay espacio para la resignación, la insatisfacción, o la ambigüedad como forma exquisita de camuflaje o directamente escondite, donde un hombre ama y disfruta del cuerpo de otro hombre desde la normalidad y la serenidad, desde lo extraordinario de toda excelencia cuando de ellos emerge el camino sublime de lo bello, desde la biblioteca del campus hasta el mecánico cuya boca pide versos antiguos, y, principalmente, desde el prisma higiénico, desarrollado y radicalmente moderno que otorga el deporte como alto rango de la belleza, como credencial de plenitud y vida, de amor; porque ha sido el primero en desarrollar una poética donde el deporte y el deseo conviven entre hombres y se desarrolla desde el valor del atleta y el don del amante; porque consigue llevar a Eros por caminos inéditos en los que avanza entre matices aún más sofisticados de plenitud y belleza, lo hace mejor, y nos hace mejores a nosotros, y sustrae de la poesía un todo que supera la naturaleza; y porque un poeta que orienta el género con el amor como única salida de un laberinto frutal merece ser estudiado."Verdad es que la poesía también se escribe con el cuerpo", dijo antes Luis Cernuda, y este trabajo intenta destripar la versión más radical de dicha afirmación.