Atisbando representaciones "trans" e intersexuales en "Mi querida señorita"discursos genérico-sexuales en el cine pretransicional

  1. Asenjo Conde, David
Dirigida por:
  1. Francisco A. Zurian Hernández Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 17 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. Raúl Eguizábal Maza Presidente/a
  2. Luis Deltell Escolar Secretario/a
  3. María Isabel Menéndez Menéndez Vocal
  4. Alejandro Melero Salvador Vocal
  5. Carmen Arocena Badillos Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Mi querida señorita (1971), película emblemática del último quinquenio de la dictadura franquista, se enmarca en un contexto político opresor lleno de contradicciones (tardofranquismo), pero también en un tímido anuncio de cambio (pretransición). Elaborada por el director Jaime de Armiñán y el productor José Luis Borau, ambos coguionistas, es el primer filme español en tratar de forma realista -aunque críptica- el cuestionamiento genérico-sexual y la transición de un género a otro. Con su estudio, se han perseguido tres objetivos: En primer lugar, hacer un análisis fundamentado en los materiales, que revise la historiografía, recorra las fases del proyecto y colme lagunas haciendo emerger materiales semiolvidados. En segundo lugar, se ha pretendido demostrar su carácter polifónico, como obra abierta en la que se entremezclan los discursos genérico-sexuales que se ajustan a los límites morales de la censura gubernamental y los que los traspasan, los que preocupaban a sus coautores, los correspondientes a su época histórica de producción y a actualizaciones discursivas. En tercer lugar, se ha abordado el filme como pionero en representaciones de género y sexualidad dentro del cine español, prestando atención tanto a la recodificación visual de esquemas culturales de androginia y disfraz sexual en relación a discursos trans y sobre la intersexualidad, como a la elaboración de un código visual propio a partir de expresiones testimoniales, ficcionales, militantes y clínicas. Para alcanzar los objetivos expuestos se ha recurrido a una metodología crítico- genética y a una metodología iconológica. Si dichos enfoques han ayudado a la constitución de un corpus de estudio, a su identificación y a su análisis, la interpretación se ha hecho a partir de un marco teórico de representaciones culturales de androginia, de disfraz sexual, y de las vivencias trans e intersexuales en Occidente. De resultas de tales útiles metodológicos e interpretativos se ha reconstruido el proceso creativo y de tramitación administrativa de Mi querida señorita, haciendo hincapié en las representaciones genérico-sexuales del guion evaluadas por los censores. Se ha perfilado, asimismo, la posición de la obra dentro de una categoría denominada docudrama de las vivencias trans e intersexuales, y cómo trasciende (o subvierte) categorías como el disfraz sexual utilitario y la posesión del lado femenino. Por último, se ha recorrido el paratexto gráfico, publicitado con diseños de Iván Zulueta y José Montalbán. Fruto de este trabajo se ha confirmado la importancia del análisis exhaustivo de los materiales. En este caso, para obtener una visión matizada de sus avatares históricos. Se ha constatado así la existencia de variantes del guion y del paratexto gráfico, y que la obra ha permanecido activa adaptándose a nuevos soportes y medios de transmisión. Dicho análisis material, sin embargo, no ha sido infalible debido a la dispersión de documentos, a un corpus incompleto y a la persistencia de incógnitas historiográficas. Se ha comprobado, además, la polifonía y valor de encrucijada discursiva del filme en aspectos ligados a sus circunstancias históricas y en aspectos puramente cinematográficos. La discreción posibilista en un régimen de libertad de expresión limitada y la confusión entre taxonomías genérico-sexuales: homosexualidad, intersexualidad y transexualidad, cuya visibilidad fluctúa en el imaginario colectivo de cada época, han favorecido una recepción plural. Y la lectura narrativa, narratológica y simbólica como docudrama de las vivencias trans e intersexuales ha convivido con una reterritorialización disruptora de narraciones clásicas de disfraz varonil y de disfraz femenil, así como con una reinterpretación armonizadora del suspense de vampirización femenina del personaje masculino. En esta polifonía y encrucijada sutil e irresuelta reside su carácter pretransicional y su diferencia con la provocación frontal de los filmes de la Transición.