Noviazgo y agresiones en jóvenes mexicanosun enfoque diádico

  1. Rojas Solís, José Luis
Zuzendaria:
  1. José Antonio Fuertes Martín Zuzendaria
  2. Begoña Orgaz Baz Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 2013(e)ko apirila-(a)k 26

Epaimahaia:
  1. José Luis Martínez Álvarez Presidentea
  2. Rodrigo Jesús Carcedo González Idazkaria
  3. Susana Lázaro Visa Kidea
  4. Andrés A. Fernández Fuertes Kidea
  5. Valeriana Guijo Blanco Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 339402 DIALNET

Laburpena

INTRODUCCIÓN. Diversas investigaciones han señalado la gran prevalencia y frecuencia de la violencia en parejas jóvenes. Se trata de agresiones cuyas principales características son: su carácter recíproco, es decir, son ejercidas y sufridas por ambos miembros de la díada; su menor gravedad en sus consecuencias, si se comparan con parejas adultas; con una mayor prevalencia de las agresiones psicológicas, aunque también se ha descrito la interrelación entre distintos tipos de agresiones. No obstante, una gran parte de estos trabajos frecuentemente trabajan con sólo un miembro de la pareja extrapolando así la información obtenida para explicar un fenómeno que por definición incluye a dos personas. En consecuencia, los antecedentes empíricos que incluyen a ambos miembros jóvenes de la pareja son limitados en la literatura científica internacional y en México son prácticamente inexistentes. Es así como el objetivo de esta tesis es analizar las agresiones psicológicas, físicas y sexuales en parejas jóvenes mexicanas heterosexuales y su relación con distintas variables relacionales y actitudinales desde un enfoque diádico. MÉTODO. La muestra estuvo formada por 100 parejas de novios procedentes de distintas partes de México, con edades comprendidas entre 18 y 25 años. La selección de los participantes fue incidental. El criterio de inclusión fue tener una relación de pareja al momento de realizarse la investigación y que ambos miembros de la díada contestaran por separado un cuestionario on-line. Se realizaron análisis estadísticos descriptivos de las variables e instrumentos y diversos análisis inferenciales como pruebas de contraste, correlaciones y path analysis. Para ello se utilizaron los programas estadísticos SPPS v.19 y AMOS v. 18. RESULTADOS. Se analizaron las diferencias entre hombres y mujeres en variables como la evaluación de la relación, intentos de influencia, poder de decisión y actitudes hacia la agresión física femenina o masculina en situaciones de noviazgo; así como la frecuencia de agresiones psicológicas, físicas y sexuales tanto cometidas como sufridas por ambos sexos. Posteriormente se estudiaron las agresiones desde dos perspectivas, primero, el acuerdo en la percepción de agresiones por ambos miembros de la díada y después se analizó la relación entre las diversas variables a través de la implementación del Modelo de Interdependencia Actor-Pareja (APIM). Tanto hombres como mujeres señalaron estar satisfechos con su relación y percibieron similares niveles de poder de decisión en sus relaciones. Sin embargo, los varones percibieron mayores intentos de influencia por parte de sus parejas. No se determinaron diferencias significativas en cuanto a las actitudes hacia las agresiones femeninas o masculinas en situaciones de noviazgo. Las agresiones de naturaleza psicológica fueron las más frecuentes. Las mujeres manifestaron haber cometido más agresiones psicológicas y los varones más agresiones sexuales, pero en las agresiones físicas cometidas no se hallaron diferencias significativas. Asimismo, no se determinaron diferencias significativas entre hombres y mujeres en el rubro de victimización de agresiones psicológicas, físicas o sexuales. No se halló subestimación en la perpetración o vivencia de agresiones psicológicas por varones y mujeres. No obstante, las mujeres subestimaron más que los hombres las agresiones físicas o sexuales que ellas perpetraron o sufrieron. Además, se comprobó la existencia de bidireccionalidad en los tres tipos de agresiones, hallándose pocas parejas con violencia unidireccional. La mayor coincidencia en las parejas se determinó al informar la ausencia de agresiones sexuales y físicas medias. En general, los índices de concordancia entre los miembros de las parejas han sido elevados. En la implementación de los modelos APIM se comprobó la incidencia de las diversas variables relacionales y actitudinales donde destacaron, principalmente, los intentos de influencia seguidos de las actitudes hacia la agresión masculina. Los efectos actor fueron más importantes que los efectos pareja en los diversos modelos planteados. CONCLUSIONES. Los resultados obtenidos subrayan, entre otras cosas, la necesidad de más investigaciones diádicas con parejas de jóvenes en México que puedan contrastar cuestiones como el reparto igualitario de poder o la bidireccionalidad y subestimación de los comportamientos agresivos cometidos o sufridos por ambos miembros de la relación. Esto, sin duda, conllevaría la necesidad de investigaciones con diseños mixtos y con perspectiva de género que permita un mejor entendimiento del proceso de iniciación de la violencia, su significado y consecuencias tanto para hombres como para mujeres en sus papeles de posibles perpetradores, perpetradoras o víctimas de la violencia. Por lo que también se sugiere que la prevención de la violencia en pareja debería dirigirse a ambos sexos y enmarcarse en un proceso diádico, sistémico e interaccional, donde los factores de género son imprescindibles así como los aspectos asociados al desarrollo de ambos miembros de la pareja. Aunado a ello, la atención a las víctimas masculinas tendría que ser cada vez una posibilidad más real. Con ello no se trata de quitar recursos, atención o importancia a la violencia ejercida contra la mujer, sino reconocer y atender también las necesidades de los hombres. Por otro lado, las parejas donde no se hallaron agresiones sugerirían la conveniencia de transitar de una Psicología negativa, y su visión de factores de riesgo, a una Psicología positiva y su enfoque de fortalezas y factores protectores. Esto se traduciría en la apertura de líneas de investigación sobre las díadas que no presentan agresiones o, al menos, una frecuencia baja de las mismas, para detectar las diferencias personales, relacionales o contextuales con las parejas que sí presentan comportamientos agresivos. Por último, dentro de las limitaciones de esta investigación se puede destacar la selección, tamaño y características de la muestra, así como los instrumentos implementados.