Relaciones internacionales desde su estructura postcolonialuna mirada desde américa del sur

  1. AVILA PACHECO, VICTORI MANUEL
Dirigida por:
  1. Noé Cornago Prieto Director/a

Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 08 de febrero de 2016

Tribunal:
  1. Caterina García Segura Presidente/a
  2. Alexander Ugalde Zubiri Secretario/a
  3. José Luis González Castro Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 449653 DIALNET

Resumen

La teoría internacional y las relaciones internacionales se han venido situando en un tiempo lineal, que encubre historias de relacionamiento, en un marco instrumental racional, donde se juzga al mundo de la otredad, idealismo, el realismo, el transnacionalimo etc. Ante esto se necesita una nueva epistemología ya que las relaciones internacionales desde América Latina se han anclado en su clásico pensamiento, sin percatarse que la teoría internacional y de las relaciones internacionales necesitan renombrase, reescribirse, donde se reconozca las fuentes vivas, ya que los debates propuestos no ajustan a los que proponemos, por ello hablamos de decolonidad, descolonización de las Relaciones Internacionales, nutriéndonos del Sistema-mundo Moderno Colonial (SMMC), es decir que frente a una matriz colonial se antepone una matriz cultural. Oriente occidente, se consolidan como un régimen disciplinario de producción de conocimiento en efectos de poder, occidente se convierte en hemisferio occidental, rearticulado en políticas internacionales como la Doctrina Monroe, ahora la misma globalización, que derivan en la negación del circuito comercial atlántico. Las relaciones internacionales se encubren en la colonialidad, pero viviendo periodos de autocuestionamiento, donde se puede hablar de diálogo y disidencia más allá del Estado nacional, ya que la mirada internacional se ha ubicado en un pensamiento eurocéntrico, individualista, racista, en una matriz colonial, ante ello insistimos en un giro de múltiples nombres, puede ser decolonial, que complementa la descolonización, sin que ajuste este giro a los debates de las relaciones internacionales; lo que se produce en un emerger de lo que siempre estuvo ahí, que antepone una matriz cultural para mirar las relaciones desde el dolor de los oprimidos, matriz que privilegia como principios las cosmovisiones, la identidad, la relacionalidad, la complementariedad, la visión cíclica del tiempo que tiene como referencia empírica la constelación de la cruz del sur, privilegiando lo comunitario frente a lo individual. Las relaciones entre estados debe ser de complementariedad, de equilibrio, de reciprocidad, en unidad de las manos cruzadas. Se trenza en un marco comparativo de las escuelas paradigmáticas de las relaciones internacionales en relación a la matriz cultural que hemos configurado en la memoria del mundo andino, en un ejercicio abierto dialogal o no dialogal. En cuanto es necesario se compara el idealismo político, el realismo político, el transnacionalismo-globalismo, para que con este trenzado comparativo, podamos interpretar otro tipo de relaciones internacionales, percatándonos de la necesidad del ejercicio de refundación del Estado en reconocimiento de las luchas anticoloniales que transcienden en Bolivia y Ecuador, que tomamos como trazas fundamentales, en una propuesta de Estado Plurinacional, intercultural y de neoconstitucionalismo, para dar origen a otra institucionalidad. El Estado Plurinacional de Bolivia y Ecuador determinan las relaciones internacionales que responden a un interés del pueblo, en función de la soberanía desde el cual desarrolla sus sistema normativo valorando la integración latinoamericana, rechazando el racismo, y la xenofobia, condenado la discriminación y apelando a la conciencia colectiva para la conservación y regeneración de ciclos vitales del planeta. La descolonización de las relaciones internacionales involucra el vivir bien en esquemas de relaciones que respeten y reproduzcan la diversidad, que en relaciones entre los estados se traduzca en la complementariedad y no en competencia, teniendo en cuenta el poder como prestigio y no como fuerza y con ello superar la modernización. Se produce así, un movimiento del poder constituyente, que para nosotros será la RUNA del mundo andino, hecho praxis en Bolivia y Ecuador, en una soberanía plurinacional de una política exterior, y de otra forma de integración, que puede generar rupturas, hacia otra integración posible, donde se prioriza en la RUNA, con otros protocolos que dan origen a un regionalismo en otredad, planteando organismos anticoloniales y anti imperiales como el ALBA, el SUCRE, pero sin desconocer que no será una tarea fácil, el dragón de alas de oro que se renueva sin cesar. Por ello la matriz construida debe ser armónica pero radical en práctica en un ejercicio de defensa de la soberanía, de diplomacia de los pueblos, desde un multilateralismo otro, a una ciudadanía relacional, revalorando la hoja de coca en asimetrías, en diversidad. Ha comenzado una revolución anticapitalista, que se viene tejiendo en nombre del vivir bien, Suma Qamaña, en defensa de la madre tierra, visionando otro tipo de sociedad, que abre el camino de la vida, más allá de la geopolítica imperial, en otro tipo de relacionamiento internacional que debe ir reconstruyéndose diariamente en ruptura de cambio de piel; proyecto que nos muestra la diferencia entre el norte y el sur y deja ver que las relaciones y los conflictos se presentan en contextos diferentes, por ello se sustenta el vivir bien como un nuevo eje para la relacionalidad internacional.