El retablo escultórico del siglo XVIII en el alto Aragónlos centros artísticos de Huesca, Jaca y Barbastro

  1. Costa Florencia, Javier
Dirigida por:
  1. Ernesto Carlos Arce Oliva Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 26 de noviembre de 2012

Tribunal:
  1. Gonzalo Máximo Borrás Gualis Presidente/a
  2. Juan Carlos Lozano López Secretario/a
  3. María de los Angeles Raya Raya Vocal
  4. René Jesús Payo Hernanz Vocal
  5. María Concepción de la Peña Velasco Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 322745 DIALNET

Resumen

En nuestra Tesis Doctoral, hemos pretendido aportar una visión completa del retablo escultórico del siglo XVIII en todo el territorio oscense, destacando especialmente la actuación de los principales artífices y abordando sus respectivas biografías. Tal investigación nos ha permitido rescatar del anonimato numerosas obras escultóricas y retablísticas que forman parte del rico patrimonio altoaragonés, así como conocer la autoría de varias obras de dorado. A nivel temporal abordamos el siglo XVIII, pero para evitar cortes radicales, y cuando la situación lo ha requerido, nos hemos adentrado también en los últimos años del XVII y primeros momentos del siglo XIX. El trabajo se organiza en cuatro volúmenes. El primero lo dedicamos al estudio General, siendo vertebrado en varios capítulos. En la Introducción abordamos los objetivos, la metodología, la delimitación cronológica y geográfica de nuestro campo de acción, además de otros aspectos como el estado de la cuestión, las fuentes documentales, etc. En el capítulo primero nos ocupamos del escenario socioeconómico en el que escultores, doradores y retablistas del XVIII van a desarrollar su quehacer profesional y en el que se van a suceder los diferentes hechos artísticos. Seguidamente nos adentramos en las Ordenanzas gremiales de los escultores y oficios afines, incidiendo en el estudio evolutivo del gremio-cofradía de San José de la ciudad de Huesca, con un detallado análisis de sus Ordenanzas. También hacemos referencia a las Ordinaciones del gremio de los profesionales del trabajo de la madera de la ciudad de Barbastro a lo largo de la segunda mitad del XVII, normativa que debió de estar vigente en lo fundamental durante gran parte de la centuria siguiente. Por último, refiriéndonos al gremio de doradores de la capital oscense, abordamos las Ordenanzas de 1738, que serán de vital importancia para la profesión del arte del dorado. El capítulo segundo lo dedicamos a la figura del artista, a su ciclo vital, centrándonos en su entorno familiar, posición socioeconómica, religiosidad y profesión. En el tercero nos ocupamos de la clientela o promotores. Es decir, de todas aquellas personas o instituciones que dinamizaron la realidad artística al financiar las diversas obras. Referente a este aspecto, obispos, cabildos catedralicios, deanes, canónigos, cofradías, ayuntamientos, bienhechores, etc., adquirirán un apreciable protagonismo. El capítulo cuarto lo destinamos al estudio de los elementos internos del retablo, ahondando en los materiales, tipos de plantas, soportes, elementos ornamentales y sagrario-expositores. Atendemos también a los aspectos técnicos del proceso polícromo, al igual que a la evolución de la policromía durante el siglo XVIII en el Alto Aragón. En el quinto capítulo prestamos atención a los diversos programas iconográficos de los retablos, destacando el poder impactante de las imágenes en el espíritu de aquellas gentes en su mayor parte analfabetas. Todo lo que conlleva el proceso de contratación y construcción del retablo, desde la petición de la licencia y elaboración de la traza hasta la entrega final del encargo, es el objetivo del sexto capítulo. Nos detenemos especialmente en el contenido de los contratos de obras. En el capítulo séptimo contemplamos la evolución del retablo en el Alto Aragón a lo largo del XVIII. En él hacemos referencia a los distintos períodos, incidiendo en una primera fase (1690-1750), que supone el advenimiento del pleno barroco, representado ese momento por el llamado retablo churrigueresco. Sucederá un período denominado tardobarroco (1750-1775), en el que aflora un nuevo cambio estético. Para finalmente abarcar las fórmulas de tendencia neoclásica a partir de los últimos años de la centuria. En el último capítulo, el octavo, que es el más extenso, presentamos las biografías artísticas referentes a los diversos maestros, un total de doscientas una. Algunas, como es lógico, mucho más extensas que otras. En cada una hemos dedicado un primer apartado a las relaciones familiares, para después ahondar en aquellas obras que hemos podido documentar o atribuir a los respectivos artistas. Tales biografías las hemos distribuido en tres bloques principales: Huesca, Jaca y Barbastro, más un cuarto apartado en el que, además de los perfiles biográficos de artistas pertenecientes a otros talleres locales, hemos incluido a los artistas foráneos que trabajaron en la ciudad de Huesca y en otras zonas del territorio oscense. Para todo ello hemos adoptado una clasificación alfabética. En Huesca destacarán los maestros escultores Tomás Vicién y Juan de Sola; en Jaca, Juan Tornés y Juan Francisco de Ubalde; y en Barbastro, Antonio Malo. A continuación incluimos un epígrafe dedicado a las conclusiones y otro que recoge un extenso registro bibliográfico, que hemos clasificado en dos bloques: uno de carácter general y otro de ámbito específico. Al final del presente volumen, se incorporan índices de artistas y lugares referidos al estudio general, a la parte documental y al catálogo de obras. En otros tres volúmenes hemos organizado la sección denominada Apéndices. El primero contiene un extenso repertorio documental en tres series consecutivas con documentos ordenados correlativamente en cifras arábigas, y cada una ordenada cronológicamente: Huesca (1684-1838); Jaca (1668-1822); y Barbastro (1678-1802). Son, en total, 425 documentos, casi todos inéditos, menos ocho. Este material se ha convertido en el armazón sobre el que hemos cimentado los conceptos y afirmaciones que hemos articulado en el estudio de teoría general. El segundo volumen recoge un nutrido catálogo de obras (297), estableciendo una distribución por localidades de acuerdo a un orden alfabético. Hemos insertado alguna obra no conservada, que sufrió las consecuencias de la pasada guerra civil. Tal conflicto, que afectó profundamente a las diócesis de Huesca y Barbastro, al igual que a varias localidades de la zona oriental de la provincia, pertenecientes éstas en aquel entonces a diócesis de Lérida, hizo que numerosa obra retablística desapareciese para siempre. Por último, el tercer volumen, que es de láminas, nos ha servido para ilustrar gráficamente el antedicho catálogo.