Ciudad informal versus ciudad oficialespecial referencia a su pasada y presente situación en Iberoamérica y perspectivas de futuro

Resumen

Es una realidad incontestable la existencia de la ciudad informal en los cinco Continentes y las interacciones indeseables que genera con la ciudad oficial, dentro de la cual o en rededor de la misma se asienta aquella, pues ambas, se quiera o no, actúan sobre un mismo territorio conformando una sola realidad urbana. El problema es especialmente preocupante en algunos Continentes, como en el caso de África, América y Asia, y dentro de éstos, en algunas regiones de los mismos, como en el denominado "Cuerno de África", en Iberoamérica o en el Sudeste Asiático. Pues bien, de entre todos ellos me voy a centrar especialmente, habida cuenta de la temática propia de la revista en donde se publica este artículo, en el Continente Americano y dentro de él, en particular, en Iberoamérica, por ser una de las regiones del mundo que en mayor medida padece la problemática que inexorablemente comporta toda ciudad informal. Con independencia de centrar mi trabajo, tal y como he apuntado con anterioridad, en el Continente Americano y dentro del mismo, particularmente, en Iberoamérica, lo cierto es que todo lo que voy a exponer sobre la ciudad informal es extrapolable, mutatis mutandis, a cualquier región del mundo donde exista la misma como tal. Es por ello, por lo que la aproximación que llevo a cabo en esta investigación sobre el binomio ciudad informal - ciudad oficial, la delimitación conceptual de la primera de ellas con respecto a la segunda, así como las causas que propician su surgimiento y los efectos más nocivos que comporta la misma, son extrapolables, con las precauciones debidas, a prácticamente cualquier tipo o clase de ciudad informal. Del mismo modo, los grandes retos y desafíos a que se enfrenta la ciudad informal y que abordo en el último apartado del presente trabajo, antes de las conclusiones, son aplicables a todas ellas, con independencia del lugar en donde se encuentren, pues todas deben tratar de reconvertirse en ciudad oficial, incorporar la sostenibilidad económica, social y medioambiental, y garantizar debidamente los Derechos Humanos a cuantos residen en las mismas.