Estudiantes gitanas y transición a la vida adultaequilibrio entre la tradición y la modernidad

Resumen

La sociedad actual exige un alto grado de formación a la ciudadanía, por lo que resulta necesario mantener un proceso formativo de forma continuada evitando caer en el abandono prematuro y la pérdida de competencias útiles en el entorno socio-laboral. Encontramos diferentes ámbitos de enseñanza–aprendizaje a los que cada persona debe enfrentarse atendiendo a sus circunstancias económicas, personales, sociales… Dos de estos ámbitos fundamentales para el adecuado desarrollo personal son la familia y la escuela. A menudo se analiza cómo el entorno familiar y la escuela condicionan las decisiones, favoreciendo o dificultando el éxito. En este caso deseamos abordar los condicionantes con los que se encuentran las estudiantes de educación secundaria de etnia gitana en su transición a la vida adulta y para el ejercicio pleno de su ciudadanía. Partiendo de esta base, nos encontramos que una joven de etnia gitana afronta su proyecto de vida desde dos frentes: 1) Las dificultades de carácter formativo, teniendo en cuenta que el 63,7% de las jóvenes entre 18 y 24 años abandonan de forma temprana la educación obteniendo como estudios máximos la ESO. 2) Las familiares, ya que pese a los cambios que se han producido en los últimos años, en la estructura familiar y el reparto de tareas aún encontramos una elevada vinculación con el género. Las jóvenes gitanas conocen y asumen parte de la cultura familiar, pero paralelamente, desean culminar su desarrollo personal en otro modelo familiar. A pesar de que está aumentando el número de mujeres gitanas que acceden a estudios postobligatorios y se incorporan al mercado laboral con normalidad, consideramos de gran interés estudiar las dificultades a las que se enfrentan y los procesos que abordan para su integración.